miércoles, 19 de diciembre de 2012

Miedo escénico a hablar en público



Dicen los expertos en Psicología, que el miedo escénico, causado por el hecho de hablar en público, es el segundo miedo que más pesa sobre el ser humano, después del miedo a la muerte.

Parece un poco exagerado, pero lo cierto es que vemos a muchas personas, de gran valía intelectual con brillantes ideas, deshacerse como un azucarillo ante la obligación de tener que hablar en público, ya sea en un aula, en un auditorio o en una presentación ante un cliente.

Cierto que causa respeto dirigirte, tú solo/a, siendo el centro de todas las miradas, a un grupo de gente.

Ponerte a hablar y oír tu propia voz y ver las expresiones de la gente.

Hay que desterrar el miedo a hablar en público, máxime cuando ello es un instrumento claro de comunicación y como tal debemos usarlo.

Unas ideas brillantes, unos contenidos atrayentes, pueden verse arruinados por la torpeza al hablar en público.

Esta es una de las técnicas que más pronto deberíamos aprender todos/as.

A la vez que deberíamos aprender que la forma de llegar al público no está tanto en lo que dices sino en cómo lo dices.

El cómo en la comunicación es muy importante.

El generar expectación e interés en lo que dices, aún  cuando ello parezca muy simple.

Hay que tener en cuenta que no retenemos más allá del 15% de lo que escuchamos.

Unas sencillas reglas pueden ayudar de forma efectiva a salvar el miedo escénico a hablar en público.

Veamos:

Prepara lo que tienes que comunicar

Ensáyalo delante del espejo.

A una presentación o charla en público hay que ir preparado/a, tanto sabiendo, conociendo lo que se dice, como en la pose, la acción que voy a adoptar

Por lo tanto el ensayo previo puede ayudarte a ganar confianza y seguridad.

Si utilizas material que se proyecta (ppt o similares) no las llenes de texto.

Utiliza frases cortas y mejor aún imágenes o dibujos.

No hay peor cosa que presentar una transparencia toda llena de texto.

Recuerda que el material proyectado no es el centro.

El centro debes ser tú, con tu voz, tus silencios, tus expresiones, tu movimiento.

Tú eres el ponente. Así que lo mejor es que te olvides de la diapositiva.

Esta te debe servir a modo de guión o referencia, nada más.

Debes conseguir ser el centro de atención.

Presentarte de forma breve pero adecuada, si es que el auditorio no te conoce.

Viste adecuadamente para la ocasión y mantén unos gestos relajados.

No cruces los brazos, no juegues con tu cara u otras partes del cuerpo, no te metas las manos en los bolsillos.

Las manos siempre por delante y lo brazos de medio cuerpo hacia abajo, con actitud abierta.

Si estás nervioso/a o eres nervioso/a coge un lápiz, bolígrafo o tiza en una mano y juguetea discretamente con ello.

Inicia la charla con alguna frase ingeniosa, con algún chiste o con algo de última hora que haga referencia a la charla.

Comienza por sorprender al auditorio.

Si tienes ocasión y ello se propicia muévete entre el público.

No te quedes nunca en una posición fija demasiado tiempo y siempre habla de cara al auditorio.

Nunca hables mirando a lo proyectado. Ahí no está el público.

Las modulaciones de voz, los silencios, el pasar la mirada por encima de la gente…, nunca fijes mas de dos segundos la mirada en alguien, incomoda.

Domina los tiempos.

Si tu intervención va a ser de 30 minutos que sea de 30 minutos no te vayas a los 45 o 50.

Ello es síntoma de que la charla o conferencia no está preparada o medida para el tiempo asignado.

Si puedes haz preguntas retóricas.

Son aquellas que nadie espera contestar y que solo el/la conferenciante sabe la respuesta.

Marcan un hito de atención.

Por último, pero no menos importante: Olvídate del público.

Piensa que estás tú solo/a. Que nadie te observa.

Los/as alumnos/as solo pondrán atención en ti cuando lo que digas capte su interés o al tiempo tu forma de dirigirte a ellos/as les provoque ganas de prestarte atención.

Para entonces, si eso ocurre, ya te has ganado al auditorio.

Hay que eliminar el miedo escénico.

Hablar en público es una técnica más, que se domina con la práctica.

La práctica progresiva de la técnica hace que la persona coja confianza y seguridad.

Ponte a ensayar hoy mismo.